Paul McCartney tenía 22 años cuando una melodía lo despertó en plena madrugada de 1964. Corrió al piano de la habitación que compartía con su novia, Jane Asher, y la tocó una y otra vez para no olvidarla. Durante semanas, acosado por la duda de si esa música era realmente suya o un recuerdo ajeno, se la tarareó a todo el que se cruzara: John Lennon, George Harrison, Ringo Starr, George Martin y hasta los técnicos de Abbey Road. “¿Reconocés esto?”, preguntaba incansable.

Entre bromas y escepticismo de sus compañeros, McCartney fue moldeando la canción. Primero la llamó “Scrambled eggs” (“Huevos revueltos”), hasta que encontró las palabras definitivas: “Yesterday, all my troubles seemed so far away”. El tema empezó a tomar forma durante un viaje a Portugal y terminó con un verso dedicado a su madre, Mary, fallecida cuando él tenía 14 años.

El Beatle solitario

Ni Lennon ni Harrison veían potencial en esa balada. Incluso Ringo admitió que no tenía nada para aportar desde la batería. Fue la primera vez que un Beatle grabó una canción solo: voz y guitarra de McCartney, acompañados por un cuarteto de cuerdas sugerido por George Martin. Una apuesta mínima para el disco Help!, pero que en Estados Unidos explotó. El 13 de septiembre de 1965, “Yesterday” se lanzó como single y escaló al número uno del Billboard Hot 100, donde permaneció cuatro semanas y vendió un millón de copias en apenas cinco.

El himno más versionado del mundo

Con los años, “Yesterday” se convirtió en la canción más versionada de la historia: más de 3.000 registros oficiales. La interpretaron Frank Sinatra, Elvis Presley, Aretha Franklin, Ray Charles, Joan Baez, Plácido Domingo y cientos de artistas más. La BBC la declaró la mejor canción del siglo XX, MTV y Rolling Stone la eligieron como la número uno del milenio, y hasta hoy se considera fundacional del pop barroco.

No todos se rindieron: Lennon decía que “no decía nada”, y Bob Dylan aseguró que no le hubiera gustado escribirla. En la vereda opuesta, Chuck Berry confesó: “Es la canción que me habría gustado componer”.

Una fortuna nacida de un sueño

Según Forbes, ninguna otra canción generó más ganancias que “Yesterday” en el siglo XX. La BBC estimó en 2012 que había recaudado 19,5 millones de libras en derechos de autor. McCartney, cuyo patrimonio supera los 1.200 millones de dólares, debe buena parte de su fortuna a esa melodía soñada que alguna vez lo llenó de paranoia.

Hoy, 60 años después, el mundo sigue celebrando aquella canción que no convenció a los Beatles, pero conquistó al planeta.